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ESTADISTICAS DEL PLANETA

sábado, 13 de noviembre de 2010

ALIMENTACION ADECUADA PARA LA SALUD Y LA LONGEVIDAD


ALIMENTACION ADECUADA PARA LA SALUD Y LA LONGEVIDAD
Quienes se alimentan según las normas de la naturaleza rara vez presentan síntomas de trastornos gástricos, pero en Occidente suele darse por sentado que una comida abundante ha de provocar algún tipo de molestias gástricas, de modo que muchos occidentales tienen la costumbre de acudir al restaurante o a una cena bien provistos de an tiácidos y otros medicamentos para el estómago.
A fin de orientar al lector por el camino de los hábitos alimenta rios naturales y saludables que favorecen la longevidad sin sacrificar el placer de la comida, las páginas siguientes ofrecen una serie de indica ciones prácticas sobre la forma correcta de combinar y consumir los principales tipos de alimento que constituyen la dieta humana: las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, la fruta fresca y las verduras crudas.

Cómo consumir las proteínas

Jehová habló a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los hijos de Israel. Dirígete a ellos y diles: Al anochecer comeréis carne, y por la mañana os llenaréis de pan». En otras palabras, Jehová inició a Moisés en las leyes de la trofología, al ordenarle que enseñara a su pueblo a consumir las proteínas y los hidratos de carbono en comidas separadas. También les prohibió que consumieran carne y leche al mismo tiempo. Se trata de la más antigua y más acertada recomendación dietética de que hay constancia en la historia de la civilización occidental, pero, a di ferencia de los orientales, que siguen respetando la sabiduría de sus antepasados, los occidentales rechazan las enseñanzas del pasado por «an­ticuadas» y «anticientíficas». Por otra parte, como ya lo dijo un gran científico nutricional norteamericano, el Dr. Tilden, «la Naturaleza jamás ha producido un bocadillo».
Las proteínas son un alimento poderoso y exigen condiciones espe ciales para ser digeridas y liberar sus nutrientes. Si se desea combinar proteínas animales con otro alimento, la mejor elección son los vegeta
les no feculentos, como las verduras, las coles, los brotes, etc., y con viene consumirlos crudos en forma de una abundante ensalada. Las proteínas concentradas de origen animal no deben entrar en más de una comida al día, aunque otras proteínas ligeras de origen vegetal, como el requesón de soja (tofu) pueden tomarse más a menudo. En rea lidad, las proteínas ligeras de origen vegetal pueden sustituir completa mente a la carne en la dieta humana: entre 3/4 y 1 kilo de semillas y frutos secos crudos por semana, por ejemplo, cubren todas las necesi dades de grasas y proteínas y eliminan el hambre metabólica de carne, huevos y demás proteínas de origen animal.

Cómo consumir los hidratos de carbono

Los hidratos de carbono son feculentos y no deberían combinarse con ninguna proteína concentrada. Lo que mejor combina con las fé culas son las frutas no ácidas y las verduras frescas crudas o ligeramente
cocidas. Si le gustan las patatas, la pasta o la repostería, haga una co mida completa con ellas, pero no les añada huevos, carne ni queso. La mayoría de la gente prefiere consumir su comida de hidratos de carbono como desayuno, ya sea en forma de tostada o de cereales. In cluso un estómago en perfectas condiciones necesita unas 12 horas para restaurar el equilibrio digestivo tras ingerir una combinación de alimentos incompatibles, por lo que una mala combinación en el desayuno le estropeará la digestión para el resto del día, tome lo que tome en el almuerzo o en la cena. Uno de los peores desayunos consiste en cereales secos endulzados con azúcar refinado y empapados en leche Pasteurizada. Las tostadas con mermelada son casi igual de malas. Los que muchos adultos suelen prescindir por completo del desayuno o se limitan a tomar un café y una tostada sin acompañamiento, lo cual constituye una combinación perfectamente aceptable.
Al igual que con las proteínas, no debería tomarse más de una co mida diaria a base de hidratos de carbono, y habría que evitar combinar dos féculas muy distintas en la misma comida. Ya que las proteínas y las féculas son los principales antagonistas en la trofología, lo mejor es se parar las comidas en que se consumen por un mínimo de 10 o 12 horas, como el desayuno de pan y la cena de carne que Jehová reco mendó a Moisés.
En el caso de las comidas feculentas, es aún más importante que con las proteínas no acompañarlas con agua, zumo de fruta, leche ni nin gún otro líquido. La digestión de la fécula debe comenzar en la boca para que continúe en el estómago. Un sorbo de líquido ingerido junto con un bocado de fécula diluye tan considerablemente las secreciones salivales que la fécula llega al estómago sin haberse impregnado de la enzima alcalina tialina, con lo que se inhibe la digestión y se produce en cambio fermentación. Todos los hidratos de carbono deben ser cuida dosamente masticados y bien ensalivados antes de tragarlos.

Cómo consumir las grasas

Las grasas pueden tomarse en combinación con hidratos de car bono, frutas o verduras, pero hay que evitar las proteínas concentra das. Las proteínas ligeras, no obstante, son relativamente compatibles con la grasa.
Dentro de la categoría de las grasas, evite todas las margarinas y demás sustitutos de la mantequilla, así como los aceites «hidrogenados». Los aceites vegetales hidrogenados están tratados de tal manera que, para descomponerlos, el estómago debería generar temperaturas de hasta 250 °C, lo cual quiere decir que son indigeribles. Las mejores gra sas son la mantequilla y los aceites vegetales y de semillas prensados en frío y consumidos en su estado líquido.

Cómo consumir las ensaladas de vegetales crudos

Tanto el Dr. Herbert Shelton como V. E. Irons recomiendan con insistencia el consumo diario de una gran ensalada de vegetales frescos no feculentos, de preferencia justo antes de la comida principal a base de proteínas o hidratos de carbono. Además de proporcionar enzimas activas y masa fibrosa, las ensaladas de vegetales crudos son una excelente fuente de vitaminas, minerales, aminoácidos y otros nutrientes esenciales en su forman más asimilable.
Es muy importante consumir las ensaladas inmediatamente después de trocear sus ingredientes. Los vegetales crudos cortados y desmenuzados que se dejan reposar varias horas antes de su consumo pierden rápidamente muchos de sus valiosas enzimas v demás nutrientes a causa de la oxidación.

Preste atención al tipo de aliño que usa en sus ensaladas, sobre todo cuando vaya a combinarlas con un plato a base de proteínas. Un exceso de aceite o vinagre, por ejemplo, perjudica la digestión estomacal de las proteínas.
Las ensaladas crudas son especialmente beneficiosas para los niños en edad de crecer, pues proporcionan un abundante suministro de ele mentos nutritivos vitales para los huesos y tejidos en crecimiento y limpian los jóvenes intestinos de los desechos tóxicos creados por el con sumo de dulces y otros «alimentos basura». Aunque pueda parecerle extraño, los vegetales crudos constituyen una fuente de calcio orgánico para los huesos en crecimiento mucho mejor que la leche de vaca pasteurizada y desnaturalizada que tantos médicos y padres hacen beber a los niños para este fin. La leche contiene una gran abundancia de cal cio, sin duda, pero la pasteurización lo vuelve prácticamente inaccesi ble para el cuerpo. Si sus hijos presentan problemas de acné, granos y otras erupciones cutáneas, y están crónicamente estreñidos, pruebe a eliminar completamente la leche pasteurizada durante algunos meses y sustitúyala por zumos frescos de vegetales crudos, sobre todo jugo de zanahoria, y juzgue usted mismo los resultados. La leche al naturales igualmente buena para eliminar los problemas de la piel, pero hoy en día resulta casi imposible de encontrar. Además, al proporcionarles una verdadera nutrición que realmente llega al torrente sanguíneo y alimenta los tejidos, los vegetales crudos y sus zumos contrarrestan eficazmente la tan difundida afición a las golosinas que afecta a los niños cuyas comidas a base de alimentos elaborados y desnaturalizados fermentan y se descomponen en lugar de ser ingeridas y metaboliza das. La afición crónica y desmedida hacia los dulces es síntoma claro de una deficiencia nutricional.



Cómo consumir las frutas

El aparato digestivo humano evolucionó a partir de una dieta de frutas y sus parientes cercanos, las nueces y las semillas. Es un hecho biológico que la fruta fresca y los frutos secos contienen todos los minerales, vitaminas, azúcares naturales y aminoácidos necesarios para la alimentación humana. Algunos «expertos» siguen asegurando lo con trario, aduciendo que, dado que las frutas contienen pocas proteínas per se, resultan por tanto insuficientes para mantener la salud humana. Si bien es verdad que las frutas contienen muy pocas moléculas de pro teínas complejas completas, como las que se hallan en la carne y los hue­vos, no es menos cierto que el cuerpo no puede utilizar las proteínas completas de la carne y los huevos. Antes debe dedicar un tiempo con siderable a digerir y fragmentar estas proteínas, a fin de estructurar luego sus aminoácidos y para elaborar las proteínas específicas que ne cesita el organismo humano. Las frutas frescas y los frutos secos pro porcionan estos elementos básicos en forma de aminoácidos libres, así como todas las enzimas sinérgicas y vitaminas con que se asocian, con lo cual ahorran al cuerpo todo el tiempo, energía y esfuerzo digestivo que requieren las proteínas animales complejas.

Debido a una ignorancia de la trofología y de los rudimentos de la nutrición, se ha acusado injustamente a las frutas frescas de toda clase de crímenes alimentarios. El «experto» en nutrición Dr. William Henry Potter, en su libro Eating lo Live Long, condenó las frutas como «uno de los más perniciosos y reprensibles despropósitos dietéticos», y el Dr. Percy Howe, de la Universidad de Harvard, observó que la ma yoría de la gente tiene problemas para digerir las naranjas junto con las comidas, aunque también advirtió que tales problemas desaparecían por completo cuando las naranjas se comían separadamente.

Es cierto que muchas frutas -especialmente los melones y las frutas ácidas- causan trastornos digestivos, fermentan en el estómago y pro porcionan muy poco alimento cuando son consumidas indiscriminada mente con otros alimentos incompatibles. Pero cuando se comen solas y en suficiente cantidad, las frutas frescas proporcionan todas las enzi mas, vitaminas, aminoácidos y energía que el cuerpo necesita para una salud y vitalidad óptimas. También son sumamente depuradoras y desintoxicantes, siendo éste el motivo de que mucha gente experimente diarreas y otras molestias durante las primeras semanas de una dieta ex clusivamente de frutas.

El culturista sueco Andreas Cahling, ganador de los codiciados títu los de «Mister Europa» y «Míster Universo», es exclusivamente frugí voro. No come carne ni productos lácteos, ¡y ni siquiera cereales o ver duras! Y aun así, su cuerpo es tan robusto y su salud tan resistente como los de sus carnívoros competidores, que se sienten en la necesi dad de consumir cada día varias libras de carne, docenas de huevos y li tros de leche para acumular proteínas.

El mayor error que suele cometerse al emprender una dieta exclusi vamente de fruta es el de no comer la suficiente cantidad. El segundo error consiste en desechar las partes más nutritivas de la fruta. La fruta se compone principalmente de agua. Los frugívoros como Andreas Cahling, por tanto, «liquidan» media docena de plátanos o una docena de manzanas o hasta un par de kilos de uva de una sentada. Y se comen siempre las fibras blancas entre los gajos de naranja, los corazones de peras y manzanas y la piel de las uvas, porque son las partes que contienen las enzimas más potentes y la mayor proporción de aminoácidos. Las semillas, corazones y fibras de la fruta deben masticarse bien, hasta darles una consistencia líquida.

La fruta proporciona sus mejores beneficios nutritivos cuando consume con el estómago vacío, pues buena parte de ella pasa directa- mente al intestino delgado. Pero, a menos que se alimente únicamente
de frutas y zumos de fruta, debería usted limitar su consumo diario te una o dos comidas exclusivamente a base de frutas. El hecho de come- fruta o beber zumo de fruta entre comidas a base de proteínas y féculas puede inhibir considerablemente su digestión, porque el estómago aún estará ocupado digiriendo las proteínas o los hidratos de carbono cuando reciba la fruta. 

Asimismo, las frutas dulces y las ácidas deben comerse en momentos separados, y no se ha de endulzar ninguna fruta con azúcar o miel, porque los otros azúcares no combinan bien con la fruta.
Si toma usted hidratos de carbono para desayunar y proteínas para cenar, puede prepararse un almuerzo muy saludable a base únicamente de fruta fresca (y cruda, por supuesto). Esta costumbre es particular mente beneficiosa para los comedores de carne, ya que la comida a base de frutas proporciona enzimas activas, masa fibrosa fresca y ácidos naturales que contribuyen a eliminar los subproductos de la putrefac ción del tracto intestinal y la corriente sanguínea. Como extensión de esta comida diaria a base de fruta, puede usted declarar un «día sema nal de la fruta» en el que se alimentará exclusivamente de fruta fresca de la mañana a la noche.

Todo esto es mucho más fácil de poner en práctica de lo que parece. El mayor obstáculo no es fisiológico, sino psicológico. Como Wal ter Bahegot observó en cierta ocasión, «el dolor de una nueva idea es uno de los más intensos de la naturaleza humana... Sus ideas favoritas pueden ser erróneas; sus más firmes creencias, infundadas». Y sus ali mentos favoritos pueden ser la causa fundamental de sus peores pro blemas. 

Es un hecho comprobado que a la gente le resulta mucho más fácil creer una mentira que han oído repetir mil veces que una verdad que nunca habían oído antes. Primero hay que «desaprender» los vicios dietéticos arraigados desde la primera infancia, y luego familiarizarse con los datos objetivos sobre la dieta y la nutrición. Y para ello no hay que creer en la palabra de nadie. Si se limita a seguir el Tao de la ali mentación y las normas de la trofología durante unos pocos meses, su propio cuerpo le proporcionará todas las pruebas necesarias, y, a menos que no le importen nada su salud y su longevidad, no tardará en adoptar estos nuevos hábitos como una parte natural y permanente de su vida diaria.

Los regímenes taoístas no exigen una rigurosa mortificación ni aburrimiento culinario. Utilizando su imaginación y sus conocimientos de trofología, le será fácil preparar comidas compatibles, digeribles y nutritivas que resulten muy agradables al paladar. Y, ¿qué problema re presenta el poner de vez en cuando en la mesa algo de fruta fresca, fru tos secos y semillas en lugar de cocinar un revoltillo incompatible? Asi mismo, si deja la despensa vacía, estará motivado para salir con más frecuencia a comprar productos frescos y ricos en enzimas en lugar de recurrir a productos enlatados, elaborados y refinados que no le pro porcionan ningún alimento y provocan numerosos trastornos en su aparato digestivo.

Por otra parte, comer aun en los más exóticos restaurantes no es ninguna excusa para cometer crímenes culinarios contra su or ganismo. Puede encargar un menú perfectamente equilibrado y trofológicamente compatible en casi cualquier restaurante que prepare la comida al momento. Eso, desde luego, excluye a todos los estableci mientos de comidas rápidas, donde ésta se prepara con mucha antela ción a partir de productos elaborados.

Pero en un restaurante italiano puede solicitar una buena comida a base de hidratos de carbono com puesta por un plato de pasta con salsa de tomate (sin queso ni carne, por favor) y complementada por una abundante ensalada vegetal. En un restaurante especializado en carnes puede pedir un gran bistec, si le apetece, pero prescinda del pan, solicite que le sirvan la carne muy poco hecha y compleméntela con una ensalada del tiempo. Si se en cuentra ante un gran buffet cargado con toda clase de postres tentadores que usted sabe no podrá resistir tras los platos principales, pues pres cinda de los platos principales y cómase dos o tres postres, tras prepa­rar su estómago con las enzimas y la fibra de una buena ensalada. Donde hay una voluntad, hay un camino, y ahora que ya conoce el Ca mino, todo depende de su voluntad de practicarlo.

Gracias a Angeles Arcangeles.



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